martes, 2 de abril de 2019

Ya no sé si es tristeza



Quiero escribir versos tristes
y ya no sé si es tristeza;
todavía quiero decirte,
cuestionarte, entenderte,
y encajar cada pieza.

Cada foto, cada canción,
cada palabra, cada gesto,
tienen un sentido para mí.

No sé si para ti toman coherencia
o se quedan en simple estética,
diversión, fluir, experiencia.

Quiero pensar, creer
que no me has olvidado.
La ausencia infinita,
el silencio estruendoso,
parecen caras poco amables
de tu yo más miedoso.

No hacerme daño,
no labrar esperanzas…
La única manera de cortar
por lo insano,
algo visceral para mí
y quizá templado para ti.

Nunca lo sabré,
el eco de tu silencio
me rompió los tímpanos.
Me arrancaste tu imagen
de cuajo.

Tus fotos en mi móvil
permanecen hieráticas.
Si las veo
 se me congela el alma.

Convirtiendo el océano Atlántico
en millones de años luz
entre nuestras galaxias:
una vez creyeron ser
planetas cercanos.

Ni siquiera el inmenso sol
logró guardar su calor.
La luna nos sigue mirando
muy fija, pero su cara se
 ha vuelto más triste.

Este nudo en la garganta
no se deshace todavía,
me quedé muda
al intentar llamarte
a gritos sordos.

Ya no sé si esto es tristeza,
parece rabia lo que ahora
corre por mis venas.
Me tensa cada músculo
y me prepara para atacar.

Si te tuviera delante
no sé lo que te haría,
o quizá sí.
He echado tan en falta
un poco de tu valentía…

La belleza no lo es todo,
la pasión tampoco,
ni siquiera la inteligencia.

Llámalo juicios,
no sé de qué manera puedo
llegar a ti directamente.
Tanta abstracción
me consume, me enloquece.

Volver a mirarme al espejo
y retornar al origen de todo.

Tanta rabia que desea
ser canalizada.
Tanta parte de un todo,
tanto todo de un nada.

viernes, 15 de marzo de 2019

La puesta de sol



Amo este momento de calma
justo antes de la puesta de sol.

Tras un aparente silencio,
todos los seres vivos se activan
anticipándose a la cercana oscuridad.

Cada ave, cada pájaro,
se hacen notar
con su genuino silbido.

Las garzas vuelan sobre el cauce del río,
los patos se dejan llevar por sus aguas.

La cercana primavera
parece ya haberse instalado
por estas latitudes.

El tiempo nunca pasa
y tampoco se detiene;
a veces me pesan las heridas,
parece que he vivido rápido,
con demasiada intensidad.

Otras veces siento que no escuché
las lecciones que me dio la vida.
Yo no aprendí nada, pero
 el subconsciente lo grabó todo.

Mucha carga para este cuerpo menudo:
la mochila de la ignorancia,
la mochila de la inconsciencia.

La bofetada de lo real.

En esta soledad infinita
me acompaña la naturaleza.

Estoy en paz.

Nada me perturba,
nadie me confunde.
Sólo existe este momento
y todo sucede como tiene que ser.

jueves, 14 de marzo de 2019

Fragilidad



Cómo cambia todo en un día,
en un momento, en un instante.
Cómo se transforma,
como la vida misma…

Y nos queda grande.

Te queda grande porque te adentraste
tras un resquicio de luz
y terminaste deslumbrada.

Me queda grande porque venía
de un tranquilo desierto,
pero desconocía que la sed
me haría depender de tu agua.

Y nos autoengañamos.

Te autoengañaste al pensar
que la luz te curaría
y ya empezabas a ser
una persona nueva.

Me autoengañé porque
creí estar haciendo simple,
lo que siempre
había sido complejo.

Sigo adoleciendo de
las mismas carencias,
con mi talón de Aquiles
en el mismo lugar.

Ahora se me antoja difícil
emerger desde esta oscuridad.

El miedo me alienta a ascender
lo más rápido posible,
aunque no sé si puedo
alcanzar la superficie.

Una especie de bruma,
de marea revuelta,
me impide ver con claridad.

Un tipo de anestesia
en el alma
para así sobrellevar:

Un dolor que te ve,
un recuerdo que me trae
tu olor, tu risa,
tu belleza, tu boca.

El calor de la primavera
se lleva también tu frío.
Sabes bien que este tren
sólo pasaba una vez.

Lo nuestro es más el avión,
las distancias largas,
“los finales que merecen una historia”
y se conforman con poemas.

La foto de aquel último abrazo,
el yo también te quiero
que aún resuena en mis oídos.

Me traje todo tu amor en mí,
ojalá te hubieras quedado un poco.

Menos mal que también regresé
con algo de mi amor,
para así componer de nuevo
la firme mecánica
de este frágil corazón.

sábado, 23 de febrero de 2019

Distancia


A veces quisiera olvidarte sin más
y otras veces sólo espero que vuelvas a mí.
Nunca imaginé que la distancia sería tan dura,
pintada con tus dudas, tus indecisiones,
ausente de tus razones.

La ansiedad me viste con todos sus trajes
y la incertidumbre que tanto temo
vuelve a mi vida una y otra vez,
quizá consciente de que huyo.

Aún me cuesta mirar de frente
a algo tan incierto.
Aunque sé que la vida es eso…
no lo quiero, me resisto, no lo acepto.
Lo comprendo, lo veo,
y aun así me peleo.

Todos estos meses hablando contigo
le otorgaron un dibujo nuevo a mis días.

Todo se volvió más llevadero
al tener tus palabras, tus sonrisas,
al escuchar tu voz, tu acento hermoso.
Tu rostro, que no puedo dejar de mirar
desde la primera vez que lo vi.

No estoy preparada para un dibujo nuevo,
porque sería gris y melancólico.
Pero sé que debo hacerme a la idea
de todos los dibujos posibles.

No sé si tu corazón vibra como antes
o si vibró en algún momento conmigo.

Me gustó y me gusta abrirte los ojos,
qué tristeza si se queda sólo en eso…
Yo lo que quiero es abrirte los besos
y cerrarte los abrazos.

Creo que me precipité y te asusté
cuando tenías la cabeza llena de caos.
Fluyamos como al inicio,
seamos espontáneas,
conozcámonos más,
estemos ahí.

Siento agobiarte con mis proyecciones
y mis expectativas,
a veces quiero empezar
la casa por el tejado.

Quiéreme en tu vida,
a tu manera, claro.
Que mi querer y tu querer
se encuentren.

Siento que la despedida de aquel día
no se termina nunca,
pero más temo
que se acabe de por vida.

Me faltan tantas experiencias
por vivir contigo,
que no encuentro consuelo.

Te dejo espacio
y el universo me devora.

Me siento un poco más ligera
pero aún mi corazón te espera
en ese aeropuerto tan lejano,
en esta ciudad tan cercana.

La esperanza se mantiene viva
y la distancia no me aleja
ni un segundo de tu recuerdo,
de tu piel, de tus besos,
de tu carácter tan tuyo.

Las dificultades nunca me llevaron
a darme por vencida
y esta no será una excepción,
aunque derrame mi tristeza
con lágrimas saladas y
use la escritura como salvación.

lunes, 7 de mayo de 2018

Único



Cómo expresar lo inexpresable
con un cuerpo enmudecido
por el intento siempre fallido
de decir sin hablar.

Emotividad desbordante
sin canal que la apacigüe,
surge como lava volcánica
desde un cráter palpitante,
derritiendo todo lo que toca.

Intento de llamar su atención
o encubierta provocación.
Sé que lancé una bomba
en terreno inhóspito
y la bomba implosionó.

No existe momento adecuado
para actuar de tal manera,
acciones en apariencia meditadas
que ya habían sido tomadas
por mi yo más primitivo.

Una impaciencia feroz me enloquece
mientras peleo con mis expectativas,
a regañadientes me trago
la incertidumbre de siempre,
cuando trato de controlar lo incontrolable.

La vergüenza me hace un traje,
el sinsentido me da pavor,
nunca tomaré las decisiones perfectas
y seguiré escarbando en el vacío
con mi autocrítica a cuestas.

Me vi tan sobrepasada por mis emociones…
quise que fueras mi espejo.
Ni estimaba los riesgos,
ni conocía las consecuencias.
  
¿Fui valiente?
Claro que importa.

Presunta culpable
de seguir siendo la misma;
mientras tú sigues pareciéndote
tan seductoramente
a la imagen que me formé de ti.

Si dejo de mentirme,
sabré que he mirado
a los ojos de mi miedo.

Vidas que se cruzan
en un nexo causal.
Mis efectos, mis paraqués,
son parte de este proceso
en el que sólo cabe arriesgar.

Modelando a personas auténticas,
construyendo mi ser,
gestionando mis deseos
y renunciando a lo que quiero
como condición para crecer.

Necesitaba tus impresiones,
bofetadas de realidad…
como siempre,
tus palabras me calmaron.

No pude despejar
todas mis dudas…
como siempre,
me meciste en tu calidez.

Dame tu mirada profunda
y no rebajes nunca la intensidad.

No sabes cómo duele renunciar,
aunque no te haya tenido,
a alguien único
como lo eres tú.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Arrastrada por la vida


Esta vida que avanza irrefrenable
como una visión en túnel,
yo trato de asir todas las riendas
para que no vaya tan rápido;
tan sólo consigo ser arrastrada,
con violencia.

Y así quedo en mi parálisis corporal,
atenazada por el miedo,
con una mente en movimiento
y una brújula desorientada.

Busco ayuda con la mirada,
al salir de mi boca
silencios que no quiero,
mientras mi cuerpo gesticula
de forma espasmódica.

Cuido mi interior,
me subo a la conciencia,
aprendo de mis fallos
y evito ser tan necia.

Pero la vida me sigue arrastrando…

Mi cerebro se colapsa,
mis emociones estallan;
mi cuerpo se contrae,
afligido por la tensión.

Un bloqueo constante
con el que aún me peleo.
Y sigue haciéndose grande
un dolor incesante:
es la soledad eterna.

Este filtro de papel
por el que penetra lo ajeno,
agredido por los otros,
malherido por ser tan frágil.

Emociones intensas, profundas,
en un intento por ocultarlas
alimento mi bloqueo.

Atormentada por mi locura,
siempre es un alivio escribir:
a modo de vómito, expulso
los desechos que me lastran.


Quizá así me arrastre menos la vida...

jueves, 15 de junio de 2017

Dolor enamorado



Una vez más
mis ilusiones se evaporan,
menos mal que
me hallaba en preaviso,
con la mente alerta y
el corazón desconfiado.

Ligero flechazo
embebido de química,
borrachera de hormonas
cuando me besaste y
sentí mi amor
asomarse al abismo.

Mi imaginación
comenzó a divagar
por derroteros de
compromiso y complicidad,

pero tú empezaste
la carrera con ventaja,
con la ansiedad propia
del que busca olvidar.

Y yo partía olvidada,
con los recuerdos tranquilos
y el alma en sosiego.

Así fue como pudo ser
lo que no fue.
Nunca mis ilusiones
se frustraron tan rápido.
                                                                   
Buena señal, quizá:
la vida se ofrece sincera
si se le mira de frente,
con valentía.

Y el sufrimiento duele menos
si se aceptan las circunstancias
tal y como son,
porque todo viene dado…

Tan sólo permíteme
que derrame unas lágrimas
de dolor enamorado.

sábado, 20 de mayo de 2017

En busca del flow


Cuando fluir se convierte en esencia,
y la esencia se deja entrever
en cada microgesto.

Me impongo trabas,
condicionantes que se repiten
sin estar en mi naturaleza.

Mi escudo choca con los demás,
y yo tan convencida
de mi apertura mental.

Busco la profundidad
desde la superficie,
lo real se distorsiona
desde mi prisma subjetivo.

Con un mantra fijo:
“actuar a pesar del miedo”,
pero asusta tanto…

La libertad está en la mente.
Y los muros invisibles,
¿cómo se derriban?

La amistad, la familia,
pilares básicos
de mi morada de papel.

El amor,
personificado en lo sensorial.
La idea del amor,
sinrazón del cuerpo.

Avanzo tambaleante
por el sendero
que me lleva a Ítaca,
lo tengo cerca,

ya se ve en el horizonte:
justo encima del mar
y debajo del sol vespertino.

Con marcha tranquila,
 práctica espiritual
y todo el alma
para guardar lo esencial
y desechar el resto.

La sensibilidad supura por
cada poro de mi cuerpo,
usarla a mi favor
es un puzle
que voy componiendo.

Lo demás viene solo,
fluyendo
como la música,
la química,
la poesía…


lunes, 2 de enero de 2017

Soltar


Reptando en un avance imparable,
la oscuridad no me impide buscarte
aun sabiendo que no estás.

Quise imaginar otra cosa,
obviar los acontecimientos,
pero mi mente emocional
ya había sido raptada.

No sé con qué luchar,
he sido desarmada.

Maldito círculo vicioso,
concatenación de hechos
con caras diferentes,
de forma cíclica
y mecanismo exacto.

Un deseo de amar
me estremece
me conmueve
me enloquece.

Un sendero primitivo
de incoherencia,
irrealidad.

De arriba abajo,
de abajo arriba,
lucha constante
de corazón y mente.

Y me posee la euforia.

Así soy yo,
tratando de serenar
el impulso
que me domina.

Reprimir el ímpetu
en el juego social.
Buena imagen, sensatez,
autocontrol, madurez.

Un reencuentro con
la paz interior,
voluntario, buscado,
la mejor versión de mí misma.

Pero recaer en la droga emocional
es muy fácil,
pues largo es el recorrido
de experiencias varias,
escarmiento insuficiente
para un alma arrebatada.

Con comprender no basta,
llorar es de fuertes
cuando las bestias
alientan, hambrientas.

Soltar…
desprenderme
 del mayor apego
al que siempre he cuidado
como a un tesoro.

Soltar…
todo el aire
de los pulmones,
quedarme muy quieta,
ser sólo ahora.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Abrazar el caos

Hace tiempo que no escribo y más tiempo que no publico en el blog, a veces compartir la intimidad no es fácil. Y así termino el año, compartiendo unas líneas, ya me pedían a gritos que las escribiera.


Abrazar el caos una vez más,
consciente de los automatismos
que me dominan,
pero estando presente:
para mirar a los ojos
de mi espejo.

Ahora
la tempestad es más serena,
la adrenalina más sensata,
pero los versos no nacen
sin que bullan los sentidos
en una suerte de pirotecnia.

Alguien me dijo que
soy demasiado sentimental,
qué pecado el tener
los sentidos a flor de piel,
y la piel muy fina,
 conexión directa con el alma.

Y en la magia de la vida:
alguien me espera,
yo te busco,
tú la imaginas…

Todos detrás de lo admirado,
la pieza opuesta
para completar el puzle
del subconsciente,
repitiendo patrones,
creyéndonos tan libres…

Y me quedo con sus ojos fijos,
su abrazo sutil,
carácter conciliador
en palabras suaves,
mente abierta,
y seguridad calma.

[Pellizquito con vida propia
que anula mis reflejos].

Con la certeza de lo aprendido,
 la pureza que otorgan
las miradas directas y cristalinas
las verdades curvas, como sonrisas.